Rodrigo Rey Rosa recuerda que en su infancia viajaba mucho con sus padres, por México y América Central; también fueron a Europa. Pero la primera vez que viajó solo fue a los 18 años, inmediatamente después de haber terminado la enseñanza secundaria: fue a Londres y después recorrió el Viejo Continente; como tenía poco dinero, trabajó en Alemania, de allí fue a España.
Al regresar después de un año de viajes, estuvo otro en Guatemala, pero abandonó su país en 1979 debido al ambiente "de violencia y crispación" que existíay se instaló en Nueva York, donde se matriculó en una escuela de cine de la que no llegó a titularse.
Para la época de su llega a Estados Unidos ya había estado escribiendo seriamente desde hacía un año, más o menos, y había publicado en Imparcial un cuento. Y con el fin de ingresar en la School of Visual Arts. en Nueva York tuvo que escribir un cuento en inglés. Estudió cine dos años en esa escuela y en 1983 la dejó.
La mayor parte del año siguiente la pasó en Marruecos; estuvo seis semanas en el taller literario de Paul Bowles , en Tánger, y viajó por el país. Posteriormente, dedicaría algunas obras a sus experiencias en el norte de África.
Su relación y amistad con Bowles le marcarían profundamente (es el heredero literario de Bowles) y el estadounidense le traduciría al inglés sus primeras obras, dándolo a conocer en el mundo anglosajón.
También mantiene una amistad con el pintor español Miquel Barceló, cuya obra ilustra alguno de sus libros, además de haber escrito una obra dedicada a la elaboración de la Cúpula de la Sala de los Derechos Humanos de la ONU.
Regresó a Guatemala en 1992 o 1993 y desde entonces ha estado "entrando y saliendo" (Nueva York, Colombia, España, Marruecos), aunque está basado en la región de Petén, donde tiene una casa cerca de Sayaxché, por el río La Pasión. Tiene también un apartamento en [[Ciudad de Guatemala, pero confiesa que ese no es un lugar donde pueda trabajar.
Galardonado con el Premio Nacional de Literatura 2004, Rodrigo Rey Rosa ha escrito obras centradas en su país, Guatemala.
La traducción ocupa un puesto importante en su obra creativa. El mismo confiesa que suele alternar una obra de ficción suya con una de traducción. " "Normalmente alterno un libro mío y uno traducido. Es muy útil para encontrar recursos. Respecto a la creación, sientes menos angustia pero puede ser un proceso más largo y complejo, sobre todo si respetas la obra que traduces", ha señalado al respecto el guatemalteco.
Ha ejercido asimismo el periodismo y ha hecho una película de 83 minutos dedicada a Bowles —Lo que soñó Sebastián—, que fue estrenada en el Festival de Cine de Sundance y presentada también en el de Berlín.[7]
Algunas de sus obras han sido además traducidas a otras lenguas, como el francés, alemán, holandés, italiano y japonés.
Sobre su obra, él mismo ha dicho: "Si estuviera hablando conmigo mismo, diría que al principio mi escritura era abstracta. Empecé a escribir lo que podríamos llamar "poemas en prosa", narraciones de media página que se extendieron hasta llegar a Cárcel de árboles, que es mi primer cuento largo... para mí fue un gran salto escribir textos de más de 15 páginas. Antes de ése había publicado dos colecciones de cuentos breves, El cuchillo del mendigo y El agua quieta, con temas que podrían ocurrir en cualquier ciudad latinoamericana, pero no estaban ligados al entorno ni al paisaje inmediato. Se deduce que ocurren en Latinoamérica por los objetos que aparecen, o por el paisaje, pero no se sabe nunca de dónde son exactamente porque era un poco vago y no incluía nombres de lugares. En cambio, mi texto más reciente, en el que aún trabajo, transcurre en la Guatemala de hoy, e incluye perfiles y aspectos reconocibles, en una suerte de afán "realista" por representar el entorno, el habla, la vestimenta de la gente, al contrario de mis primeras historias. Diría que casi por cansancio he buscado formas diferentes de narrar, pero no creo que sea una evolución. Comencé escribiendo cosas un poco vagas y he tendido a una mayor precisión.
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